Luis Ortega: “Aprovechamos a nuestro protagonista para dotarlo de algunos valores que seguramente el personaje real no tenía”

El ángel
Director, actores y productores de El Ángel, en conferencia de prensa

El director de El Ángel charló en conferencia de prensa sobre su nueva película, que se estrena el 9 de agosto. Mercedes Morán, Daniel Fanego, Chino Darín, Peter Lanzani y Lorenzo Ferro, integran parte del elenco de un film basado en la historia de Carlos Robledo Puch.

-¿Desde el inicio tenías en claro el rol que iba a jugar la música en la película?
-Fue todo un proceso muy intuitivo, desde cómo encaramos el personaje a cómo nos fuimos acercando a la época. La música tenía el límite del año 1972 para atrás y sabíamos que una de las cosas buenas que tiene para ofrecernos esa época es la música, la estética, los colores, la manera de filmarse. Siempre la pensamos como una película clásica con un contenido a descubrir. Pero de entrada teníamos la fuerza de la cultura pop.

-¿Cómo se lleva a la pantalla grande la belleza de la maldad?
-Veníamos de Historia de un clan, y la idea de sacarle el jugo a ciertos mundos oscuros tampoco en un momento parece del todo sensato si no creemos que tenemos algo que decir y que aportar al respecto. Con lo cual pensamos aprovechar a nuestro protagonista para dotarlo de algunos valores que seguramente el personaje real no tenía. En principio la pureza y la inocencia con que este personaje vive puede ser casi ejemplar y muy a contrapelo de sus acciones. Esto es lo que el terreno del misterio que nosotros y el cine nunca pretende vulnerar: por qué hace lo que hace, por qué alguien que hace el mal quizás no es necesariamente malo. Entonces de algún modo pretendimos que lo que es sagrado siga siendo sagrado y no ponernos en el lugar de querer entender algo que es incomprensible, como los hechos, como lo que ocurrió. Pero sí ponernos en el lugar de fascinación ante la vida, de admiración ante las otras personas, de cómo actúan. Lo más fácil hubiera sido llevar la película a un lugar del mal, a un lugar terrible, incluso desagradable de ver. Esa fue una premisa: queríamos contagiar vitalidad, ganas de vivir, que quizás se contradice con que el protagonista sea un asesino. Pero eso es lo maravilloso del arte, que pueden convivir cosas que quizás en la vida no pueden. Si existe una moral, en la película tiene que ver con no dejarse corromper aunque estés rodeado del ejército, aunque todos los demás quieran otra cosa. Él sólo quiere bailar, quiere demostrar que la vida es más fuerte que uno, que es maravillosa; y el resto es más parecido al común de la gente, quiere la plata, sobrevivir, ser mejor, más conocido. La idea de que el asesino sea un ejemplo es algo que a mí me parece fantástico, más allá del terreno del análisis. Es la aventura del cine.

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