Pablo Trapero: «Lo que vale es el viaje de hacer la película»

La Quietud
Joaquín Furriel, Pablo Trapero, Martina Gusmán y Axel Kuschevatzky, en conferencia de prensa.

El director Pablo Trapero, los actores Martina Gusmán y Joaquín Furriel, y el productos Axel Kuschevatzky, dialogaron con la prensa sobre el film La Quietud, que se estrena el 30 de agosto.

– ¿Cómo lograste un guiónu con tantos aspectos?
– Pablo Trapero: Desde el comienzo de la escritura estaba planteado un poco este universo: el descubrimiento de las hijas y también esta idea de otra manera distinta de exilio. Este contraste entre el campo, la casa y todos estos personajes que parecen que salieron de una revista de modas, va mutando lentamente y va dando lugar a conocer la intimidad de esta familia, que va mucho más atrás y mucho más lejos que simplemente el reencuentro de las dos hermanas.

– ¿Qué aprendieron de la película?
– Joaquín Furriel: Es una aventura porque hay muchos temas que se van hilando. Las cosas que hacen que la narración avance en general no es nada de lo que dicen los personajes, siempre está atrás o no está dicho por ellos. Entonces también era algo que íbamos aprendiendo a medida que lo íbamos viendo; un guión siempre es una idea, una teoría, de una película. Después te encontrás con tu equipo, con los actores, con la realidad de la filmación y vas viendo cómo evoluciona y cómo se convierten esas ideas abstractas en un papel en una escena. En este caso yo aprendí a recuperar algo que a veces cuando estás filmando con el ritmo y la intensidad con la que se filma, no tenés tiempo de detenerte en cosas que acá nos ocupamos de tener. Tiempo para reflexionar entre nosotros, para hablar, para encontrar los detalles de cada personaje en cada momento. Fue lindo recuperar ese tiempo que a veces en los rodajes no hay. Dentro de estas escenas había por supuesto un guión, en muchos casos muy estricto, pero también mucha libertad para probar y para explorar facetas de todos los personajes.
– Martina Gusmán: Mi personaje interactúa con todos los personajes. Para mí los más particular que tiene esta película es el ensamble actoral donde todos son de procedencias muy distintas, con métodos y formas muy diferentes. Por un lado Berenice, dentro de todo lo que es el cine europeo; Edgar, que si bien es latinoamericano viene de trabajar en Hollywood con una impronta mucho más estadounidense; Joaquín, con su experiencia en cine y en televisión; Graciela, ícono del cine argentino. Por lo tanto para mí era un gran desafío el lograr interactuar con cada uno y aprender de cada uno, de sus formas, su metodología, su particularidad, su impronta. Y dentro de eso lograr que todo fluya armónicamente, porque siento que este gran ensamble de actores dan un gran personaje que es esta familia. La Quietud trata de todo lo no dicho principalmente, de toda la inquietud que hay por debajo de esta quietud y de vínculos muy primarios, cuestiones muy instintivas relacionadas con los sentimientos, con la búsqueda del ser amado, de ser reconocido, los encuentro, los desencuentros, la locura, la sexualidad, la infidelidad, el aborto. Temas muy actuales desde un universo muy femenino.

– ¿Cómo es trabajar con Graciela Borges?
– JF: Si cuando entré en el conservatorio vos me decías que iba a hacer Final de partida con Alfredo Alcón, iba a estar en el escenario y me iba a dirigir Alfredo Alcón, y después iba a filmar con Graciela Borges en una película de Trapero, y bueno, un poco no me la puedo creer. Me acuerdo que cuando hacía las escenas con Graciela, ella tiene ese plus: hace algo que es incómodo, moralmente te molesta desde el personaje, lo que dice te incomoda, te perturba, pero cuando la mirás a los ojos te enamorás. Es muy difícil tener eso y Graciela lo tiene desde la primera película que hizo.
– MG: Para mí fue un desafío inmenso, por un lado deleitarme mirándola y dejarme llevar absolutamente por su guía en cada escena. Fue de mucho aprendizaje, ver una escena que quizás yo la había pensado de una forma y en función de lo que ella proponía ir amoldándome a su propuesta, entendiendo para dónde iba. Es muy lindo verla en todo su proceso porque está en el set y, desde que llegó hasta que se fue, hay algo. Lo que se empieza a generar en el ambiente desde que se está maquillando es muy coherente con lo que vamos a hacer ese día. Me parece que hace un trabajo increíble, por lo tanto es un honor para mí inmenso y estoy muy agradecida.
– PT: Para la gente que no hace cine no sabe que hacer películas es la vida cotidiana. La vida cotidiana es hacer la película, el resultado no se sabe, entonces lo que vale es el viaje de hacer la película. En este caso el tema de los actores era fundamental. Hace muchos años cuando la conocí a Graciela, siempre estuvo la idea de trabajar con ella. Para un director de cine en Argentina hacer una película con Graciela Borges es como un sueño a cumplir.

 

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