La casa junto al mar

La casa junto al mar
Cris Zurutuza - Prensa & Comunicación

Tres hermanos se juntan en la casa de su padre tras enterarse que este sufrió un infarto. El volver a compartir ese espacio les traerá, como el mismo mar, una serie de recuerdos que profundizan en sus relaciones, en sus amores, en sus limitaciones y en lo que fue el sueño de su padre. El pasado vendrá como la marea y los llevará a repensar su vida y su hermandad.

La casa junto al mar (La Villa, 2017) es una de esas pequeñas y francesas historias familiares. Una película intimista que sabe dar un giro en el momento donde los acontecimientos se vuelven demasiado evidentes, que a su vez intenta poner cotidianidad sobre el dramatismo haciendo críticas sociales, visibilizando el temor a la pobreza, problematizando la cuestión de la inmigración, repensando la pavorosa vuelta al origen y demostrando cuán fuertes pueden ser los sueños y las frustraciones de los padres sobre las vidas de los hijos.

El film de Guédiguiam no es tedioso y tiene momentos donde realmente logra la atención y conmoción del espectador. Pero a su vez, puede parecer irritante esta falsa digestión que aparece en muchas películas francesas de los problemas que afectan estructuralmente a esta sociedad, siendo más sencilla la mirada poco crítica y fantasiosa, que la autocrítica que no debería faltar en tiempos de desconcierto.

 

Por Jimena Bezares

Reseña Panorama
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