Hearstopper

Heartstopper
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Una nueva temporada de Heartstopper se estrenó en Netflix el jueves 3 de agosto. Tras su exitoso lanzamiento en el 2022, los personajes principales Charlie (Joe Locke) y Nick (Kit Connor) cautivaron al público en esta trama juvenil, convirtiéndo la serie en uno de los éxitos de la plataforma. Si en la primera temporada vimos cómo se construía el vínculo entre los dos, ahora en la segunda es el momento de ver a estos dos flamantes novios y su devenir.

Los protagonistas son adolescentes y están enamorados. La sinopsis oficial en el streaming dice Nick- en una relación más madura con Charlie- considera contarle a Imogen que es gay, pero es mucho más difícil de lo que creía. Elle intenta coquetear con Tao. Por ahí va la cosa, por el amor, por las idas y vueltas de una trama que mantiene expectante. Cómo están elaborados los personajes es uno de los puntos fuertes de la serie. Jóvenes con personalidad. Algunos de ellos con problemáticas sociales que tal vez son analizadas por arriba. Lógico, es entretenimiento.

La palabra closet es un término repetido en varias ocasiones en los diálogos. Se podría decir que es uno de los temas. De hecho, el primer capítulo, de ocho en total, se llama Salir del Closet. Salir de un lugar escondido no solo se vincula a cuestiones de identidad sexual o género, en este caso. es decir, o soy esto, o soy aquello. Los personajes de Heartstopper abren la puerta del armario a otros aspectos de sus vidas. Hay carisma y conflicto, en dosis iguales.

Es una tira romántica, sí. El público la define como tierna. Por momentos dramática, por otros cómica; en todo caso es un híbrido. Es difícil encontrar el género perfecto. Netflix enumera los siguientes: series dramáticas románticas, series dramáticas, series para ver en familia. Porque aquí se observa bien el rol de las familias y cómo afrontar las decisiones individuales de los protagonistas. A veces se entran en clichés universales, en otras son miradas generosas y necesarias para estos tiempos.
Al margen del género, un tema muy importante que refleja este audiovisual, la ternura con el devenir de los acontecimientos se impone. Se trata de la inocencia, de la edad propicia para adolecer.

Los lugares construyen el clima. Los espacios íntimos, propicios para mostrarse en intimidad, en descubrir qué piensan los personajes. La escuela, el espacio de confrontación, de enfrentar, de hacerse ver, de lucha, de aceptación. Las redes sociales se convierten en el primer público de aprobaciones. También está el pueblo donde viven, la sociedad que los rodea.

Y esta maravillosa segunda oportunidad, está París. Porque París es una fiesta, ya se ha dicho muchas veces. Ahora como un viaje de egresados, bus mediante y ventanas que ilustran el paisaje parisino. Haciendo un lejano paralelismo con estas latitudes, colorida y atractiva, recuerda por momentos a otro éxito de la plataforma grabado en esta ciudad: Emily en Paris. Los recorridos de los personajes invitan a ver más conflictos, más aventura, más amor por el Sena, Montmartre, el Louvre y tantos sitios más.

En general Heartstopper tiene un público adolescente, como otro clásico de Netflix, Sex Education. Aunque aquí, el sexo, pasa de largo. Tal vez sea un tema a plantear en la tercera temporada, ya confirmada. Tampoco es necesario. Es la forma de un amor sano, la mirada a los ojos, las mariposas que dan vueltas cada vez que los personajes piensan en quien les gusta, o la energía que se produce por el frote de las manos. Es sutil. Encantador. Esperanzador. Maravilloso.

Siempre queda al final un cliffhanger. Parece que hay Heartstopper para rato.

 

Por Luis Laffargue

 

 

 

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