De Finlandia y de terror, pero con poco terror

Cría siniestra
BF París

Durante los primeros dos minutos de Cría siniestra (Pahanhautoja, 2022) hay una niña practicando gimnasia artística dentro una casa ubicada en un barrio privado, donde las propiedades son idénticas estéticamente, en medio de parques de ensueños, perfectos visualmente, casi como la felicidad que producen las imágenes de Instagram. En ese lugar hay una madre que graba con su celular la rutina de su familia, compuesta por esposo, hija e hijo. Están sentados y ella le habla a la pantalla: “Espero que su vida cotidiana sea tan encantadora como la nuestra”. Algo choca con el vidrio de una puerta, o ventana, da igual. Ese efecto sonoro dramático interrumpe el momento de alegría y sonrisas (algo forzadas). Silencio, lógico, estaríamos en una película de miedo. Tras la dramática pausa, un plano detalle muestra una pluma pegada al vidrio. Hay sangre. Una suerte de indicio de lo que vendrá. Luego un ave negra empieza a merodear el interior del dulce hogar. En su torpe vuelo rompe cosas. El animal es el objeto oscuro, entre tanto tono pastel que rodea el contexto. ¿Cómo sigue la historia?, le toca a usted hacer su parte.

Cría siniestra es una película de terror de origen finlandés, dirigida por Hanna Bergholm. Al terminar el visionado, surgieron algo así como las siguientes interrogantes: ¿Hablamos del terror como género? ¿Hablamos de terror de los temas que plantea? ¿O hablamos de lo terrorífica su construcción?

En términos de género, la historia puede convencer a los fanáticos. O no, que es otra posibilidad. Hay una estructura clásica, perceptible. Alguien mira por una puerta entreabierta. Silencio. Y de golpe y porrazo la construcción aterradora, el ojo que te está mirando y casi que te quiere comer. Eso está. Son los elementos (y momentos) para dejarse asustar (o tal un buen ejercicio para jugar a las adivinanzas con lo que puede suceder). Hay situaciones que dan miedo, sí. Tiene que ver con la primera palabra del título. Con una cría, precisamente. Es siniestro, tal vez. También hay lugar para imágenes que pueden causar repugnancia, en lugar de terror.

Hay terror alrededor de los temas expuestos. Desde este aspecto la película se torna interesante, por ejemplo, sobre cómo se trata el tema de la infidelidad entre los grandes, y cómo luego explicarles a los niños. Otro disparador, el terror de una vida perfecta en comparación con un monstruo cinematográfico. El terror de las sobreexigencias de los padres para con sus hijos. El terror del miedo a competir, como en el caso de la niña, Tinja, de 12 años quien lleva adelante la historia junto a su madre. Incluso resulta pertinente analizar qué se entiende por el concepto de belleza. En resumidas cuentas, todo lo que se esconde y pocas veces es dicho. El monstruo no necesariamente debe ser literal. Son disparadores para encarar esta narrativa. Cada casa es un mundo, y cada mundo es una casa.

En relación a la tercera pregunta planteada, el terror de un decorado tan saturado en tonos pasteles que da miedo por sí solo. Las actuaciones, en líneas generales, también son de terror. O los maquillajes que, no se sabe si son referencias audiovisuales a otras obras, o se ven poco verosímiles.

De todas formas, vale la pena mirar Cría siniestra para pensar cómo ciertos temas pueden ser tratados en el terror. No es la gran atracción del año en términos cinematográficos, pero funciona aunque sea para conocer una producción finlandesa que, digamos, no abunda por estas latitudes. Es un buen punto de partida para salir del lugar común, aun con los errores e interpretaciones que genera.

 

Por Luis Laffargue

 

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