El film que se estrenó hace unos días en la plataforma Mubi, luego de su paso por festivales internacionales de cine, algunas salas y buenas críticas en general, fue una de las películas con mayores expectativas en el 2022. Ahora en el 2023, la primera ópera prima de Charlotte Wells continúa cosechando elogios. Motivos no faltan, ya que es una obra sólida, reflexiva y un poquito melancólica, pero buenas actuaciones, basadas sobre un guión sólido y que fluye.
Comencemos por una discrepancia. La sinopsis publicada en Mubi menciona en su reseña lo siguiente: en un centro vacacional en decadencia. ¿Importa para la historia si es decadente o no el lugar donde sucede la acción? ¿Eso qué nos dice? ¿Es lo que pueden pagar sus protagonistas? Según cómo se lo mire es indistinto, porque cada espectador puede pensar si es decadente o no, o ni siquiera pensar en eso. Pero si hablamos de personajes, sin entrar aún en los verdaderos protagonistas, el lugar, decadente o no, es otro personaje más.
Dicho eso, nos encontramos en Turquía, es decir, en “el lugar”, el tercer personaje, donde Calum (Paul Mescal), un padre treintañero, y Sophie (Frankie Corio), su hija preadolescente, pasarán sus vacaciones. La estadía sucederá en un hotel llamado Torremolinos, un all inclusive de principios de los años 90; o por lo menos sus elementos estéticos denotan esa época.
Allí también conviven los otros turistas, casi todos blancos, con sus pieles a la espera de ser bronceadas por el sol, con quien Sophie, en mayor medida, va a interactuar luego, mientras el padre la cuida de ese sol. A la vez vemos planificar esos días de disfrute. En paralelo el espectador comienza a construir su propia historia en función de cómo avanza la temporada de verano.
Basada en recuerdos propios de la directora, en las vacaciones de Sophie y Calum se desprenden varios temas, ideas, recuerdos. Por ejemplo sobresalen los vínculos, fundamentalmente el de hija-padre, o padre-hija. En los distintos espacios por donde transitan se divierten, aprenden cosas nuevas, intercambian puntos de vista y se retan. También hay silencios, hay niños y niñas jugando, hay curiosidad y hay despertares. Son detalles donde la directora se acerca con maestría a mostrar esa cotidianeidad.
En Aftersun vemos otros registros visuales muy marcados y fundamentales, y que trabajan como material de archivo para el argumento. Sophie graba con su cámara al padre. También le saca fotos. Calum en cambio suele mirarlos en sus momentos de soledad. Piensa en esos contenidos. Funciona como un recuerdo. Ni más ni menos que un cambio de texturas marcando el tiempo de la historia Eso ayuda al ritmo de la película, hecho de forma sutil y generando una narrativa que fluye. Y siempre, o casi siempre, bajo el punto de vista de Sophie.
Alguna vez alguien dijo que (quien escribe no recuerda el autor) “cuando la película termina, es en realidad cuando recién empieza”. Claro esta frase no siempre se da en todas las historias, sino más bien en aquellas donde el mensaje es más profundo, con lo que nos deja y seguimos dando vueltas. Un poco de eso sucede aquí, porque es inevitable pensar cómo fueron las vacaciones de la infancia, cómo eran las relaciones con los padres a esa edad. Y sobre esa idea gira la historia: un ejercicio de la memoria. En un momento Sophie no puede utilizar ninguno de los dispositivos que tiene para entretenerse y que, por otra parte, son los grandes buchones estéticos del tiempo de esa historia. Ella dice “Sólo lo grabaré en mi pequeña cámara mental”. Ese es el resultado de Wells, la directora. Recurre a esos recursos para ampliar información, sensaciones y pensamientos.
Mencionar otros aspectos en esta breve reseña sería quitarle la oportunidad para que usted los descubra. Es una película para mirar con atención. Un breve cuestionario con respuestas incluidas podría serle de utilidad.
1) ¿Es un drama?
Sí.
2) ¿Es para llorar?
Dependerá de sus emociones.
3) ¿Se sentirá reflejado?
Cada uno tiene su infancia.
4) ¿Es una película para disfrutar?
Sí.
5) ¿Se puede estar de acuerdo con esta reseña y las preguntas planteadas?
Es un reto. Vea y saque sus propias conclusiones.
Por Luis Laffargue
